jueves, 26 de julio de 2012

Relato de mi mente

.


Hace tiempo que quería invitarte a mi habitación, quería estar en un lugar a solas, sin nadie, solo tú yo. Y aquí estamos, mi cama en la orilla de la habitación, un librero y del otro lado la televisión y las bocinas donde puse a tu grupo favorito, The Doors. El color rojo del cuarto y la luz del atardecer que entra por la ventana, hacen que todo se note mas bello. Trajimos 6 cervezas, 3 para cada uno, por los días que teníamos sin vernos. Platicamos, reímos, recordamos, planeamos y tomamos, Love me two times en las bocinas hace que te pares a bailar y empieces a mover tu cabello, me pides que cante contigo y me paras para saltar juntos; fue la canción que una vez te dije que me gustaba y a partir de ahí se volvió tu favorita. Termina la canción y nos reímos por nuestro baile, nos doblamos y quedamos con las manos juntas, reaccionamos al momento y nos quedamos mirando a los ojos, los dos sabíamos qué queríamos pero que no decíamos, no sé cuanto tiempo ha pasado pero yo digo que es eterno. Tú te empiezas a acercar, yo me acerco, nos besamos. Fue el beso que un día imaginé y desde ahí se quedó grabado en mi memoria, sin pensar que un día iba a pasar, estaba pasando. Es tímido, no quiero echarlo a perder, pero lo disfruto cada segundo, abro mis ojos y te veo concentrada, tú también lo disfrutas. Nos sentimos tan bien estando juntos y el deseo empieza a aumentar, pones tus manos en mi espalda con mas fuerza y yo te llevo a la pared, tú recargada, nuestros cuerpos no pueden estar mas pegados y las manos empiezan a recorrer el otro cuerpo, a conocerlo, a sentirlo. Tomo tu cabelllo y suavemente te acaricio el cuello, tú recorres mis brazos y mi espalda, con las uñas haces que yo quiera más, que mis manos empiecen a recorrer los lados de tu cuerpo, empezando por los hombros y bajando hasta las caderas, te aprieto y te hago brincar. Me apartas un poco y me quitas la playera, yo te desabrocho la camisa que traes puesta y hago que cuelgue por tus hombros, dejando el pecho desnudo, solo con el brassiere blanco con colores que tanto te gusta, que un día pensaste en mostrármelo. Bajo la mirada a tu ombligo, tú ves como te observo y ves esa cara en mí que expresa tanta plenitúd. Me abrazas solo para sentirme la espalda, la tocas, la exploras, desnuda te gusta más. Me acerco a tu cuello y empiezo a besarlo, noto como se te eriza la piel y levantas la cabeza para que pueda besarlo todo, lento, suavemente, llego a tu oreja y sigo besándote. Tú frotas tu cabeza con la mía, nuestros cuerpos nunca habían estado tan juntos. Como soy mas alto que tú, me empiezas a besar el pecho mientras tus manos están en mi abdomen, haces que levante los brazos y con tus uñas me reasguñas suavemente hasta llegar a la cadera, ahora tú, haces que se me erice la piel. Me muerdes el labio y lo vas soltando poco a poco, a nadie se lo había dicho, pero soy adicto a las mordidas.Te levanto y te acuesto en la cama, yo encima tuyo, haces que te quite el pantalon, tú te desabrochas y bajo hasta tus pies, me encanta verte las piernas, lo dejo a un lado e inmediato me quito el mío. Los dos semidesnudos, solo con ropa interior y calcetines, viéndonos el cuerpo por primera vez después de este tiempo de amistad; nos sonreímos y volvemos a quedar juntos. Empezamos a acariciarnos abrazados, para sentir el cuerpo del otro, para sentirte con mi cuerpo, nos frotamos, ya no solo sentimos con las manos, sentimos con cada parte del cuerpo y es que estamos juntos, aquí, semidesnudos. Los dos queremos pero no nos lo decimos, porque ya sabemos, en la mirada del otro está la respuesta, esas palabras que compartimos en nuestra cabeza: "Hazme el amor ahorita, ahorita que está Light my fire".


.

2 comentarios:

  1. Escribes tan fantastico, :')
    Me encanto.

    ResponderEliminar
  2. Exquisito leerte, una recreación de nuestra primera vez. Sólo que la nuestra no fue plasmada en la eternidad, un libro en blanco que conservas con pasta verde, sin pasión por escribirse. Amo el amor y estoy enamorada de la vida. La amo como te amo a ti, he visto sus fotos, he caminado con ustedes, y ahora leído su recreación. Tal vez llegué tarde o justo a tiempo. Tal vez pago algo que ni siquiera imagino, tal vez soy sólo una pequeña parte de tu novela y mi tiempo es contado. Nuestro tiempo. Porque una verdadera musa no pide serlo, sólo es y aquí ya hay una.

    ResponderEliminar